RESTAURANTE LOUIS 1856 "fábrica moritz" (Barcelona)

Le toca el turno a la brasserie que JORDI VILÀ asesora dentro de la FÁBRICA MORITZ, un restaurante que a nadie dejara indiferente tanto por su cocina como por el lugar pero sobre todo por su servicio.
 
 en un momento en el que en Cataluña triunfan los restaurantes de tapas, platillos o bocados, aquí en la fábrica Moritz se atreven con algo totalmente distinto, un restaurante de los de antes, elegante y con clase y con una comida con raciones generosas perfectas para compartir entre varios, pero la cosa no acaba aquí la cocina aunque clásica esta pasada bajo el tamiz del gran Jordi Vilà y de cómo podréis ver clásica si pero moderna también, pero lo que realmente hace de este restaurante distinto es su servicio de sala, aquí los camareros hacen un servicio a la rusa o de gueridon que consiste en terminar todos los platos delante del comensal, he visto menús y restaurantes donde alguna elaboración la hacen delante tuyo incluso algunas sorprendentes como el postre de steak de els Brancs o el pato a la presse del Via Veneto, pero es el primer restaurante al que voy donde todos los platos los terminan los camareros en sala, me atrevería a decir que son los únicos de Barcelona y que en España habrá muy pocos y con esta calidad de comida seguramente es el único, también destacar la profesionalidad y simpatía del servicio, se nota que hay buen ambiente entre ellos y eso lo percibimos los comensales y nos contagian de ese buen rollo y hace que aun disfrutes más, la carta de vinos no puedo valorarla ya que las referencias son bastantes desconocidas, solo reconocí 3 o 4 vinos y el resto son vinos que en pocos sitios encuentras, bien por apostar por descubrir caldos distintos, el precio en mi opinión cuesta menos de lo que vale, en nuestro caso la cuenta para 3 personas con vino y cafés nos costó 65 euros por cabeza y dado la calidad de la comida y el gran espectáculo del servicio de sala creo que es un muy buen precio, sin duda este restaurante en Francia costaría el doble y como mínimo tendría una estrella Michelin,  quien sabe quizás en un futuro les den y de manera merecidísima una estrella.
 
Empezamos con un trio de snack, el primero de ellos este gougére, que era un profiterol con crema de queso gruyere
 
Orejita con nuez de macadàmia y mantequilla escabechada, un bocado tan delicado como sabroso, quizás la mantequilla la pondría de lado a lado de la lámina
 

Para terminar los snacks la anchoa vegetal, es un pimiento muy escalibado y que cortado así parece una anchoa

Muy elegante el tartar de vieira, langostino y pescado de escamas que venía con una ensalada de manzana, crema fresca y aguacate que tenía que tomarse al terminar el tartar

Continuamos con el gofre de hojaldre con matrimonio de boquerón y anchoa, berenjena asada y lo acompañan con un vasito de granizado de vermouth Yzaguirre blanco endulzado un poco con una pizca de azúcar

En una cazuela envuelto en un trapo llegan los agnolotti de cerdo ibérico asado

Con crema de ricotta y parmesano

Y un consomé de rabo de buey, cogías el agnolotti lo dejabas un poco dentro del consomé, luego lo sacabas y lo ponías encima el plato y añades encima al gusto la ricotta y el parmesano

Luego le tocó el turno a la seta

La camarera con precisión corta el hojaldre del tarro y lo deja a un lado, luego coge lo de dentro del tarro y rellena el rulo que veis a la izquierda que es de apionabo, luego lo riega con un chorrito de una salsa de reducción de vino y al final pone el hojaldre sobre el rulo
 
Y tenemos la seta: pollo al vino, puré de perejil y rossinyols (rebozuelos), plato que es brutal ver como la camarera lo preparaba delante nuestro y sorpresa cuando al final queda la seta, una pasada y además esta buenísimo, como sugerencia podrían poner un plato con 2 o 3 láminas de apionabo y así el comensal podría montar algún mini canelón con lo que sobra dentro del tarro, como acompañamineto traen un yogur de queso comte
Luego llego el platazo de la noche y que todo el mundo en su primera visita debería pedir, nos traen un taco de carne sobre unos brasas y detrás un bloque de sal, retiran la carne del infernillo y la dejan sobre la tabla y se llevan el infernillo 

 

Luego la camarera parte el bloque de sal para sacar de dentro el foie que ha sido cocinado a la sal
Finalmente corta un medallón de carne, otro de foie y lo pone encima luego riega el conjunto con una salsa perigueux y al final añade sal de oro, señores les presento el chateaubriand de vaca vieja con foie a la sal, salsa perigueux y por si fuera poco nos dejan los siguientes acompañamientos
Patatas "von bent"
Apionabo y cebolla al oporto, brutal es poco y pese a ser el plato más caro de la carta merece la pena que os lo pidáis

Empezamos con el primer postre al que llegamos casi exhaustos, la camarera coge unos melindros  que ha empapado en amaretto y los pone en un plato
 
Luego empieza a batir una crema de mascarpone para montarla un poco y añadirla sobre los melindros

Finalmente espolvorea un poco de cacao y obtenemos el tiramisú "a la cuchara", os puedo asegurar que es el mejor tiramisú que he comido nunca, ni en Italia lo hacen tan bueno

El segundo postre al que tomamos ya sin fuerzas fue los diez mil hojas que vienen en carro con cremas al gusto, en nuestro caso fue de chocolate negro y frambuesa pero se puede escoger la combinación que uno desee con estos, maracuyá y vainilla

Buena selección de tés

Donde también traen este mini jardín para la preparación de estos
Y como peti un "financier" de cítricos, no hace falta más


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