En la isla de Tenerife encontramos 3 restaurantes de 1
estrella Michelin y una con 2, entre los de 1 solo el Rincón de Juan Carlos
practica una cocina canaria moderna, los otros dos son japoneses, por eso en
nuestra visita por la isla nos decantamos por ir a probar el menú degustación
de esta casa situada en la localidad de los Gigantes
como podéis ver cuando llegamos desde fuera encontramos esta
entrada que para nada daba pistas de lo que encontraríamos dentro, al entrar
una sala elegante nos esperaba, al sentarnos nos traen la carta con 2 menús degustación
uno de 55 euros y otro de 75 que se diferencia por la cantidad de platos a
degustar y siendo la opción que escogimos, no abren para comidas solo hacen
cenas cosa que me parece estupendo ya que ofrece calidad de vida y no están
todo el día esclavizados en el lugar y eso también se ve reflejado en la
amabilidad del servicio, la carta de vinos con muchos vinos de la tierra y con
precios normales en los estrellados, el servicio fue muy amable y simpático y
sobre todo me gusto lo mucho que conocían cada plato y el cómo estaba cocinado
que aunque tendría que ser lo normal, la realidad es que no lo es tanto cuando
vas a los sitios
Empiezan con un poco de aceite y un surtido de panes que la
verdad estaban muy bien, pero como siempre crítico, en la cuenta llego el
suplemento de pan (3 euros) que como muchas veces comento en los menús tendrían
que incluir en el precio ya este tipo de suplemento o cualquier otro llámese
pan y entretenimientos, snacks y petit fours etc... Ya que a veces suele dejar
un poco la sensación de engaño a algunos clientes, destacar el pan de tomate
que estaba muy bueno
Como primeros snacks nos llegaron un cucurucho de viera y un
caldo de marisco, los dos excelentes
le pedimos a la sumiller que nos ayudara a elegir un vino
blanco, queríamos algo de la tierra pero como no conocíamos mucho ella muy
acertadamente nos sugirió este Amalia que al principio no mostro todo su
esplendor sino fue pasados unos minutos cuando al abrirse expresaba todo lo
bueno que estaba y aguanto perfectamente el menú
El siguiente snack fue este tan precioso como rico turrón de
morcilla canaria
Como no me gustan las ostras me las cambiaron por estas
cigalas con guisantes, que buenos estaban los guisantes apenas cocinados
manteniendo su textura dura y todo su sabor maridando a la perfección con los
langostinos
Mi mujer sí que tomo la ostra guillardeau nº3 con vinagre de
lichi
Tras una espera llega la anguila ahumada con frambuesas y
mahonesa de teriyaki, en principio parecía una mezcla de sabores extraños pero
todos ellos estaban perfectos entre si
tras otra espera y es que la verdad que el ritmo no sé si
por cocina o porque lo hacen así era un poco lento para este tipo de menús,
llego los pétalos de cebolla asada, crema de parmesano y trufa, menudo platazo
o como elevar una cebolla al lujo, la trufa traída de la península de una
calidad excelente, se notaba el aroma que aportaba el plato y ya casi al final
de temporada aquí aún tienen y de buena calidad, la cebolla cocinada 30 horas
con leche estaba perfecta ni se repetía ni picaba pero conservaba su textura
junto con el aroma de la trufa y la crema de parmesano nos hizo disfrutar mucho
este plato
Tras una espera esta vez un poco más corta llego la veloute
de foie-gras, ajo negro y esparrago blancos, el dulzor del ajo negro con la veloute
estaba de vicio al igual que los espárragos cortados en juliana
A partir de aquí el menú ya cogió ritmo y los platos
llegaron a buen ritmo, brutal estuvo el dumpling de morro de cochino negro con
cebolleta e hinojo, encima unos pequeños camarones hicieron de este un mar y
montaña para repetir
En una especie de huevo del que salía humo y al abrirlo
encontramos el carabinero en su jugo, un plato del que rebañe hasta la última
gota del jugo y del todo y un carabinero perfecto de punto, me encanto ver esta
vajilla, en Cataluña parece muchos de los estrellados tengan los mismos
proveedores y ves vajilla repetida en varios restaurantes, también es agradable
ver diferente vajilla que acompaña a la experiencia global a sorprender al
comensal
Hasta aquí el menú estaba resultando de un nivelazo brutal,
pero bajamos un peldaño con el pámpano de gazpachuelo de vinagre macho, no es
que no estuviera bueno al contrario lo estaba pero nos habían acostumbrado a un
nivel que este nos resultó simple y algo plano, la piel la tuve que apartar y
dejarla, hubiese estado más bueno si la piel la hubieran hecho bien frita y
crujiente
rápidamente retomamos el nivel con la chuletilla de cordero
con anchoa y tupinambo, de textura casi imposible, ni se deshacía ni estaba
dura no sabría explicarlo simplemente estaba perfecta para este tipo de carne
que suele ser más tersa, pensaba que estaría hecha a baja temperatura pero al
preguntar me dijeron que la habían hecho con "el huevo verde" que es
una nueva máquina que desconocía hasta ese momento y que no os sabría explicar
muy bien ahora mismo como es su funcionamiento, se agradece que nos pongan una
carne distinta que el cochinillo que en la península en muchos menús degustación
te ponen y se vuelve repetitivo para los que como yo solemos ir a gastronómicos
El primer postre fue violeta, plátano y palo cortado, no
suelo ser mucho de postres ya que el exceso de dulzor no me atrae, pero en este
restaurante los postres eran frescos y muy acertados con la línea del menú
El otro postre nos gustó pero este nos encantó, maíz,
tamarindo y yogurt, genial fin de fiesta para un menú que realmente merece la excursión
hasta esta localidad y de una relación calidad precio muy buena tanto por la
creatividad como por el producto recibido a lo largo del menú, si visitáis la
isla y estáis pensando en daros un homenaje no os arrepentiréis
Pese a no pedir cafés igualmente nos trajeron los petis, es
de agradecer ya que así mientras comentábamos en la sobremesa el global de la
experiencia teníamos esta distracción
No hay comentarios :
Publicar un comentario