En un lugar de
Menorca un poco escondido en Sant Lluis encontramos este gran
restaurante llamado Sa Pedrera D'es Pujol, un restaurante con mayúsculas donde
tiene todo lo que un gran restaurante debe reunir, lugar, espacio, servicio y
como no cocina, a mi llegada entro en su parking y siendo ya de noche se veía
precioso el lugar, una masía que me dio la sensación de que ahí iba a comer
bien, cuando llegamos nos sientan en la mesa, montaje elegante y sencillo como podéis
ver en la foto
luego nos traen la
carta y un par de opciones de menú degustación, el menú clásicos (40 euros) y
otro más extenso llamado tranquil·litat y oliago (70 euros) como era para cenar
el segundo nos pareció demasiado extenso y optamos por el menú clásicos que para
cenar fue un gran acierto, comentar que muchos van a Menorca y se comen una
caldereta que los precios suelen rondar los 70 euros, aquí por ese precio
tienes el menú largo con uno de los platos siendo la caldera de langosta por lo
que os recomiendo que vengáis aquí en lugar de hacer la caldereta ya que por el
mismo precio disfrutareis muchísimo más y con caldera de langosta incluida,
dicho esto continuamos con la carta de vinos, me pareció muy original la opción
de ir a la bodega y escoger el vino, los tienen todos perfectamente
identificados con sus precios y te dejan tranquilamente solo para elegirlo, en
cuanto el servicio me pareció muy cercano pero sin llegar a cruzar la línea de
lo demasiado coleguita, también fue serio y elegante.
Empezamos el menú con
mantequilla y un pan de elaboración casera que aunque bueno me resulto soso,
pero bueno, para eso teníamos la mantequilla para darle un poco de chispa
y llegan los
aperitivos, estaban todos buenos pero me parecieron un poco incoherentes por la
diferencia de sabores, de izquierda a derecha: corneto de queso Mahón con
albaricoque, este lo vería mas como pre-postre, croqueta de sobrasada con
mermelada de pimiento, este sí que me parece acertado como aperitivo
tanto por la reivindicación de territorio como por saber sacarle provecho a un
producto tan autóctono como la sobrasada y convertirlo en algo original como
una croqueta, y por último, ravioli de calabaza, requesón con el pesto de sus
pipas, por sabor no me pegaba que me lo trajeran a la vez quizás sería
conveniente traerlo después de la croqueta marcando tiempos distintos y así no
intentar inconscientemente ligarlos y por tanto notando esa gran diferencia de
sabores o incluso lo traería después de la caldera de langosta
El siguiente entrante
fue el platazo de la noche, CALDERA DE MORENA CON SU ALBONDIGUITA Y TOQUES ANISADOS, se nota que aquí había cocina al probar el caldo, me encanto el
detalle que dejen la jarra para que te pongas más si quieres ya que nos
terminamos hasta la última gota, solo por este plato justifica la visita a esta
casa por eso os decía lo de tomar el menú largo porque si este estaba
impresionante la caldera de langosta tiene que ser la ostia la verdad
luego tienes que
elegir entre dos platos, nosotros para probarlo todo escogimos uno cada uno y
nos los partimos, si llegamos a saber que el tamaño de los mismos eran tan
grandes hubiésemos pedido que desde cocina nos los hubieran separado en medios,
y ahí nos dimos cuenta de lo acertado de la decisión de tomar el menú corto
porque el largo era seguro que para cenar imposible terminarlo, la raya a la
manteca negra con alcaparras capuccinas, hinojo marino y limón encurtido
resulto elegante, aunque lo prefiero en suquet como lo llaman en mi zona suquet
de clavellada que le siente genial esta elaboración al pescado este me resulto
bueno incluso más que el tomado en Ses Forquilles por ser menos intrusivo el
sabor de la mantequilla y más elegante este plato
El segundo plato fue
el roast-beef ahumado al vino tinto, chalotas y zanahorias glaseadas, que me
gusto muchísimo más que la raya, buen aroma ahumado del vino y temperatura
perfecta de la carne y buen corte fino que se comía muy bien
En los postres también
había que elegir entre dos y como no nos pedimos cada uno un postre distinto
para probar los dos, el primero fue el cremoso de limón con pera en vainilla y
galleta de almendra, este me pareció fresco y ligero perfecto para terminar
Menos fresco y ligero
fue la tarta de manzana relleno de cuscusso (mazapán tradicional de Menorca)
con helado de arrope, demasiado denso para mi gusto
No nos trajeron
petits-fours no sé si porque no pedimos cafés o porque no se acordaron, en
definitiva un imprescindible si visitas la isla
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